lunes, 8 de abril de 2013

Siempre tuya, siempre mio




Borro los sueños con lágrimas, se que él nunca se fue del todo, aun lo siento, lo noto.
Dicen que debería deshacerme de sus cosas, de todo en lo que pueda verlo, que debo dejarlo marchar, pero yo me he marchado con él, esta casa es tanto suya como mía, me hablan suavemente, mientras mi mente no está escuchando, o si? Ahora me cuentan que sus recuerdos me destruyen, que debería levantarme de la cama y continuar con mi vida y allí pierdo el hilo, porque no quiero seguir escuchando eso, porque esta gente que intenta ayudarme me aconseja malamente, ellos, no, ellos no saben nada, y rompo a llorar, siento una mano, me está acariciando, no es la de él, no es la misma caricia, el mismo tacto, que vuelva, por favor…
Mi deseo es reencontrarlo, sujetar su barbilla fuertemente y plantarle un beso diciéndole lo mucho que le amo, dormir desnuda nuevamente a su lado, despertarme avergonzada, tapándome con las sabanas, despertarle con pasión a horas irregulares, solo por el capricho de que mi cuerpo lo anhela, lo necesita, dejar que mi mano se pierda en su espalda mientras el duerme, morderle diciéndole que no quedara nada de él.
Discutir a gritos, hacer las paces con nuestro instinto, dejar que bese mi cuerpo, que sus labios encuentren esos sitios que me hacen sonreír, ver su deliciosa boca surcando por mi clavícula, su sonrisa malévola, perderme en el, clavar mis uñas en la piel, como queriendo traspasarlo, ser uno, ser todo lo que no se puede ser, la necesidad de nuestros cuerpos quedaba satisfecha una vez que nuestros corazones llegaban al punto en que explotaban como una bomba, y luego la paz nos invadía, el calor nos recorría, y con todos esos sentimientos, volvíamos a amarnos como nunca, creo que discutíamos queriéndolo, solo por sentir el impulso del deseo loco, desenfrenado.
Comentan que debería de quitar sus fotografías, mi mirada se pierde en la estantería, el me sonríe picarro, su mirada es juguetona, esa fotografía es especial, las otras también hablan de nuestra historia, pero esa es la cara que ponía cuando era travieso, cuando le conocí, cuando venia hacia mí, cuando me hacia la inocente… El es él, no puedo coger, esconderlo, como si nunca hubiera estado en mi vida, como si nunca me hubiera tocado, como si no notara aun sus marcas, no puedo, no tengo fuerzas, aun huelo a él, mis manos, mi piel, su olor está impregnado en mi .¿No lo sentís, no lo notáis?
Es más fuerte que yo, más fuerte que todos vosotros, y tomo los calmantes, esos que me hacen caer en un sueño profundo, desciendo en el, lo tengo abrazado, toco su abdomen, su pecho, beso sus hombros, su espalda, su nuca, juego con mi nariz con su pelo, con su cuello, siento su colonia mezclada con su aroma que desprende antes de rociarse, la respiro fuerte…
Tengo su perfume, roció la cama con ella, está a mi izquierda, extiendo mi mano, y noto vació, no está, frió, maldita sea, antes de abrir los ojos estaba, lo juraría, estoy aturdida, me levanto, estará en la cocina, como siempre se despertaba buscando algo de comida, me voy corriendo en su busca, grito su nombre, lo llamo, las luces apagadas, no está, caigo rendida, sin fuerzas, mis rodillas, me duelen, pero no se compara con lo de mi alma. Pierdo la noción del tiempo, es de día, otra noche que duermo sobre las baldosas frías.
Razono, se fue, volverá, no me puede dejar aquí sola, preparo un café, me acuerdo cuando lo compartíamos, sus besos, me sabia mejor el café de su boca. No me dejara ir, no se ha ido, le hice una promesa, siempre seré suya…
No importa el lugar, solo que sus brazos me rodearon fuerte, por detrás, mi espalda se pego a su pecho, cerca, podría notar su corazón bajo esa ropa, sus latidos, me amaba, hacia frió, y me susurraba al oído, diciendo que no dejaría nunca que fuera de otro, que siempre seria suya, su mayor logro fue conquistarme, tonto aquel que me perdió, y que tiene suerte de tenerme, de ser el único que se encuentra en mi pecho, me mecía inconscientemente en sus brazos, mis ojos estaban llenos de lágrimas, su ternura, su cálida voz, su forma de decirlo, nunca me dijeron nada tan bonito, nunca creí tener tanto valor para alguien, y él me lo estaba demostrando.. Era suya…
Pertenecía a alguien, a él. No me mentía, nunca me mintió, ahora me ofrecen ayuda, intentan decirme que es lo mejor para mi, como puedo renunciar a todo lo que sentí?
Me obligan a salir, pero solo lo veo a él, está en todos esos rincones que inundamos de besos, esos largos paseos sin decir nada pero que nuestro roce lo decía todo, y camino desorientada, sin rumbo, solo para complacer a los demás, para respirar el aire fresco que una vez me sabia a puro y ahora me asfixia, que el aire corta mis mejillas y secan mis ojos que se llenan por instantes de lágrimas, intento buscar nuevos rincones solo para no recordarlo, miro mis manos constantemente y pienso en la de veces que me la beso, sosteniéndola, calentándola con el halo que salía de su boca, frotándola entre las suyas, o simplemente guardándola en su abrigo, en ese bolsillo donde se enredaban nuestros dedos y que apenas cabían juntas, pero allí estaba dándome calor, como siempre lo hacía cuando lo necesitaba…
Las calles me parecen todas iguales, pero paseo para que no me digan que me quedo esperando, que la vida continua, no, la vida se para muchas veces cuando una persona se va, continua para los demás, pero tú te quedas esperando, esperando un mensaje, una llamada, un correo, el toque del timbre, reencontrarlo, en fin… esperando.
La de veces que dicen que tengo que empezar, pero no puedo empezar cuando todo terminar, empezar por donde, si este es el final, miro el reloj, porque odio el teléfono, sé que no me llegara nada de él, llevo mucho rato viajando sin rumbo, contradiciéndome con lo que me dicen, siento, debería, y lo que no puedo comprender.
Cuando ya han pasado los minutos, y mis manos, están azules por el frió, decido volver a casa, porque aun queda algo de calor allí dentro.
Abro el portal, arrastro mis pies, como si fueran de hierro, ahora pesan tanto, antes cuando sabia que me esperaba iba volando hasta a casa, pero eso era antes, cuando estaba…
Llego a mi puerta, y recuerdo el chasquido que hacían las llaves cuando volvía, haciéndome la dormida esperando silenciosamente, para ver qué es lo que hacía primero, escuchaba, como dejaba las llaves suavemente sobre la mesa, pisando flojo para no despertarme, entraba cauteloso en el dormitorio, y me besaba, pero antes de darse la vuelta, quitarse el abrigo, la ropa, y dejarla sobre aquella silla, me encargaba de aferrarme a su cuello, de besarlo, de hacerle ver lo mucho que le eche de menos ese día, y en esa penumbra hacíamos el amor, sus ojos brillantes, su cuerpo, contra el mío, sus impulsos, tan dentro de mí, tan cerca, tan mío, tan deseado. Me tiembla la mano al entrar en casa, saber que ellos siguen allí diciéndome cosas, y yo sonriendo, mintiendo, lo echo de menos, lo extraño, no sé cómo y cuantas veces decirlo ya, pero me falta, preferiría no tener nada y tenerlo, a tener las cosas y su falta…
Veo esos ojos implorosos, que me dicen estas horrible, pero para que quiero estar guapa? Para quien? El ya no está, y me atiborran de pastillas, de nombres que no recuerdo, tranquilizantes, esto para esto, esto para esto, se acumulan en mi mano, las tomo con tanta agua, pensando que me da igual lo que son, a que saben, siento como empieza a arderme el estomago, como quiero expulsarlo, igual que el dolor que siento por él, pero me aguanto, me tumbo en la cama, nuestra, suya, no lo sé ya, no lo recuerdo, porque las pastillas me desconciertan, la cama me da vueltas, cansancio acumulado, pero los recuerdos perduran, y siempre antes de cerrar los ojos, veo su sonrisa picara, y quiero gritarle, por infligir su promesa, por no cumplirla, por engañarme, pero e caído en el sueño, que es un sueño influido, y durara lo que dura el efecto de las pastillas, cuando pasa la soledad me encuentra, y la casa estará en completo silencio, hasta que mis llantos la inundan, y aunque este bajo la influencia de las pastillas y me escuche como un eco, soy yo, implorando y pidiendo a alguien invisible, a un Dios que me escucha o creo que lo hace, pero no cumple, y sigo, hasta que me quedo seca, hasta que alguien me levanta de algún lugar perdido de la casa, y me lleva a la cama, y me da más pastillas, para calmar la agonía, así prolongando mi dolor, con ellas, claro que lo saben, aunque me digan que debo de seguir, hacia donde? Seguir a qué lugar? Soy una planta, lo único que me mantiene con vida es su recuerdo y las pastillas…
Lo mismo daría, si me conectaran a una maquina, la misma vida tendría, sin él, y las pastillas que tomo de esa mano, conocida, pero ajena al amor, me hacen caer en un sueño, escucho de lejos, estará más tranquila, le sentirán bien, necesita descansar, como si cuando cerrara los ojos dejo de verle, de sentir sus besos, o recordar los recuerdos, y lloro, maldita sea, me ha defraudado, me ha dejado, me ha engañado y mentido, me prometió una vida, unos sueños, un paraíso, y ahora estoy en el infierno, mientras me retuerzo, muerdo la almohada y lloro desconsoladamente, escucho un tranquila cariño, de todo se sale, todo irá bien.
No, nada va bien, nada, el no está, dejad de mentirme, como él lo hacía, me tienden otra pastilla, esto te tranquilizara, eso suena en mi cabeza, esto te tranquilizara, lo que me tranquilizaría seria sentir sus labios, sus besos, sus caricias, dormir en su pecho, mientras escucho su respiración, mientras mi mejilla está pegada a su piel, mientras mi nariz respira el olor que emanan los poros de su piel, mientras le cojo de la mano, y está caliente, no paso frió, mi manta es su piel, es mi hoguera, mi fuego, mi carbón, así estaría bien. Las pastillas me atontan de nuevo, y no pienso con claridad, escucho cosas, deberíamos de llevar sus cosas lejos de ella, esto le hace daño, sufrirá mas, así iremos prolongando su dolor, si ella no lo hace, lo haremos nosotros, lo haremos mientras pasea, escucho quien paseara conmigo, que van a evadir mi intimidad, estoy demasiado débil para gritarles, demasiada cansada como hacerles frente, en el fondo pueden tener razón, pero esa razón, no me vale, no pueden arrancármelo así, como la vida me lo ha arrancado a mí, y los maldigo entre dientes, los odio, y odiare como hagan algo así, no tienen derecho a eso, a deshacerse de sus cosas, el no es basura, es mi vida, y mi vida falleció en el momento que él lo hizo, no falto que sonara el teléfono para que yo lo supiera, no tenían que comunicármelo, sentí el vació, sentí como si alguien me arrancara la piel, me sentí fría sin su calor, desnuda sin su amor…
Entre tantas voces, entre tantas preocupaciones, entre tantas pastillas, maldigo a la vida, por quitármelo, maldigo a la gente que se preocupa por mí, que no quieren dejarme apagarme, poco a poco, que no me dejan con mi angustia, con mi dolor, maldigo su nombre, por haberse ido, tan cerca de nuestros sueños, tan joven, tan esplendido, y con el menciono a dios, porque no fue justo, porque no me lo merecía, ahora que lo encontré, ahora que me amaban, ahora que conseguí ser realmente feliz, me quitan lo que más quiero, lo que más amo, me deja sin nada, me ha quitado la vida, el…El era mi vida.
Me despierto y consigo guardarme su foto sin que nadie me observe, sin que nadie se dé cuenta, es mía, esa fotografía, que me daba fuerzas cuando todo era gris, que me decía que era la razón de mi existencia, y pensar que la vida tenía un sentido, no quiero que coja polvo, y sé que absorberá, la empapare de lágrimas, porque me quitaran todo, como la vida me ha quitado la ilusión de la propia existencia, me van a negar los recuerdos, y me quitaran todo, dejando todo vacío, haré como que me da igual, al fin y al cabo, me da igual estar o no estar…
Y paseo, y me habla, le escucho, escucho su voz, pero pienso en el, en la manera que conseguía hacerme reír, o cuando escuchaba una canción, haciendome bailar, cogiéndome de la mano, de la cintura, muerta de vergüenza, queriendo hacerme dar vueltas, y cantaba a gritos canciones que no conocía, pero que con su facilidad de aprendizaje, pronto se hacia a ellas, y sonrió vagamente al vació, y me hablan de que la vida no siempre es como esperamos, de que aveces pasan estas cosas, que hay que sacar fuerza, de que hay que seguir, que el lo quería por mi, que no le gustaría verme así, no saben nada, no saben que perdí la fuerza esa noche, cuando el perdió la vida, no puedo seguir, arrastro las piernas, porque se juntarían con el cemento que hay debajo y no caminaría nunca, esperaría allí, le esperaría, el quería una vida a mi lado, despertarse bajo mantas y almohadas, porque era friolera, por que le encantaba verme sonreír, sorprenderle, que sea tan poco cohibida y vergonzosa en otras cosas, que quería unos hijos, que siempre fuera suya, que era afortunado al tenerme… No la vida no es como esperamos, porque esperamos lo mejor cuando damos cosas buenas, y en un par de segundos no queda nada, en segundos se fue el, en segundos mi vida se esfumo y en segundos nuestro piso quedara vació, sin nada…
¿Debo de dar gracias a alguien o algo, que me ha quitado lo mejor? No puedo sentir felicidad, felicidad sentí el día que vi sus ojos, que me sonreía, a mi, el tan guapo, y yo, yo tan… normal… aun no me lo creo.El vio en mi su mundo como yo vi el mio en el…y ahora no veo nada…
El es la angustia mas grande de mi vida, se que sin el la vida no continuara, que pasara, no lo se, mientras tanto, seguiré atiborrandome de pastillas y de palabras que me envenenan, hasta que la vida nos vuelva a reencontrar, yo le hice una promesa, jamas dejare de ser suya, y la cumplire, se lo digo a esa fotografía que he robado, que nadie la encuentra, a la que lloro, le suplico, y beso, en soledad…
Siempre tuya, siempre mio

1 comentario:

  1. Siempre he defendido, que un texto es bueno o malo en base a los sentimiento y emociones que transmiten.
    Por lo que he de decir, que esto es excelente, me ha hecho recordar otros malos momentos vividos, pero no por ello me arrepiento de leerlo.

    Un abrazo!

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