lunes, 4 de junio de 2012

El dolor



El dolor, ese sentimiento del que huimos, pero que no hay lugar donde esconderse, nos encuentra hasta en lo mas profundo de la oscuridad, el que escondemos, lo tapamos con capas y capas de sonrisas, que lo regamos en las noches llenas de soledad, y que una simple canción, o las cosas cotidianas de la vida nos lo recuerda, por mucho que nos alejamos el esta allí, creciendo, porque siempre se recuerda mas que los instantes felices, nos marca, y tememos, tememos volvernos a cortarnos en la misma herida, sangrar en el mismo sitio…
Pensamos que con el tiempo seremos inmunes, que no estará y se olvidara, pero siempre nos encuentra, por mucho que corramos, siempre nos alcanza, se filtra a través de nuestra memoria, por nuestras venas asta el corazón, sintiendo esos mil latidos por hora, que se transforma en lagrimas, en lamentos, en errores, en culpabilidad, en disgustos, perdidas, y todo lo que nos mata lentamente…
Es el veneno de la consciencia, lo que nos lleva a una muerte dolorosa, y lenta, forma parte de nosotros, nos hace quienes somos, siempre temiéndole, es la sombra, el cochillo que se vuelve en nuestra contra, la puñalada más dolorosa…
Es capaz de quitar la esperanza, las ilusiones y los sueños, te adentra en una gran depresión, remolino de la destrucción, una espiral por la que caminas y no te lleva a ninguna parte, y te preguntas cuanto durara, cuanto tiempo llevara la recuperación, muchas veces es mas fácil un corte, un puñetazo, que las palabras, que pesan como un ancla que te ahora en el océano de la tristeza, donde la luz no se filtra, incapaz de sacarte ninguna mano, ninguna pastilla o consejo…
El dolor no tiene recuperación, no puedes dar marcha atrás y que rectificar, no puedes hacer nada, tienes que vivir con el, llevar ese saco y arrastrarlo contigo, llevártelo allí donde vayas, y aunque vayas lejos, el estará, enterrado en lo mas adentro de tu corazón, pero capaz de despertar como una bestia en cualquier momento…
Algo que nos ha roto es incapaz de volverse a reconstruirse, por mucho que lo intentes, los pedazos jamás encajaran, no se trata de un puzzle, se trata de un jarrón, roto, echo pedazos, aunque uses el mejor pegamento, jamás será como antes, con el corazón ocurre lo mismo, no volverá a ser lo mismo, lo único que conseguimos es enmascararlo, disimularlo, sonreír con los ojos llenos de lagrimas, y fingir estar bien.
Nos volvemos expertos, en pequeñas mentiras para que otros no descubran eso que escondemos, amigo de la soledad, compañero del miedo, de la inseguridad, cuando nos sentimos amenazados huimos sin dar explicación, preferimos desaparecer antes que dar una explicación, aunque no nos entiendan, nosotros lo comprendemos, no creemos que haya algo que nos salve, ni unos brazos que nos devuelva la confianza en la gente y la credibilidad en las palabras de la gente, ya no…
Los sientos, los perdones, no hacen que pese menos, o que deje de doler, aunque perdonamos, no se olvida, es como una marca, no es una arruga que se plancha y desaparece, es como una costura desgarrada, cosida, queda marca de que te has caído, y si intentamos desarrollar un mecanismo de defensa, buscando un arma con la que protegernos, un escudo, una personalidad, pero la sensibilidad, y la vulnerabilidad esta en nosotros, y no hay nada que hacer, porque cuando amamos, queremos, es fácil que nos hagan daño. Porque nosotros mismos nos exponemos a ello, sabes que has abierto esa puerta, pero nunca esperamos que nos defrauden esas personas…
Pero que fácil es fingir lo que no son, y nos preguntamos, como y porque, hablan a nuestra espaldas, nos rechazan, nos abandonan, nos dan la espalda, pero siempre con palabras duras, y cuando lo descubrimos se nos cae el cielo encima, la falsedad es una característica de las personas, creemos conocerlas bien, y que nos conocen, y se aprovechan, no podemos adelantarnos a los acontecimientos, y aislarnos, aunque después de muchos golpes, y caídas, es lo que nos ocurre…
Por muchas lagrimas y gritos, parece que jamás sale de nuestras carnes, a veces tenemos la sensación de que tenemos el corazón en carne viva y espinas en todos los poros de nuestra piel, sentimos intensamente ese dolor, pero no lloramos por la perdida de una persona, por su ausencia, si no porque sabemos que nuestra parte honesta, buena y sincera, no se merecía eso, y duele, mucho, te acurrucas en un rincón, mordiéndote la mano, sintiendo como la camiseta se empapa en lagrimas, intentas no hacer ruido, y lloras asta ver el amanecer, cuando el sueño te alcanza, cuando las fuerzas se han marchado, cuando te abandonas, te sientes extasiada, cansada, y decides ir a descansar, dos horas que te faltan para despertarte, y enfrentarte a la rutina, a la vida, a la gente, y te pierdes entre las personas, y aunque te preguntan si estas bien, eres capaz de poner un cara medio perdida entre la tristeza, y decir si, sonreír, y decir no e dormido bien, el insomnio, siempre la misma excusa, el insomnio, porque es difícil volver a confiar, y aunque muchas veces le dirías todo al mundo, lo piensas 10 veces y te dices a ti misma que es mejor no hablar de ello, porque es volver a caer en el mismo error, no hay cura, no te pueden salvar, así que es mejor tragarlo y continuar, es mejor, esconderse tras el velo…
Y se convierte en el mismo camino, viene la noche, los pensamientos, ha pasado tiempo, pero da igual, nuestra mente vuelve al mismo lugar, al mismo presente, al mismo instante, y parece que ahora duela mas, que corta mas la carne… Sales bebes, piensas que así por unos instante todo se marchara, tomas drogas, para que tu mente piense en otra cosa, alteras todo, lo combinas, quieres desahogarte, buscas unos brazos, unos besos, cariño, el cariño se convierte en sexo, y te vendes, intentas disfrutarlo, pero tu mente vuelve a viajar, hacia el dolor, te centras en no pensar, besas, acaricias, pero nada, al día siguiente te sientes mas sucia, ahora aparte del dolor te odias, te das asco, te lavas, pero no hay agua que limpie tu alma, y llorar en la  ducha mientras tus lagrimas se mezclan entre las gotas que recorren tu cuerpo…
La gente te pregunta, tus familiares se preocupan, has perdido el apetito, tu no encuentras sentido, siempre los ojos rojos, te preguntan si te drogas, mas broncas, quizás una mano que te golpea de repente, tu mejilla arde, no importa, un poco mas de dolor no te preocupa, va al mismo sitio donde se acumula todo, te culpas, piensas una y otra vez porque has nacido, no entiendes ningún sentido, y esperas al anochecer, cuando todos duermen profundamente, tu hablas con tu mente, quizás rezas, quizás piensas, preguntas a Dios, pero no te contesta, hace mucho que has perdido la fe, da igual, mañana saldré, se repite la misma historia que ayer, y así es el dolor, una espiral una adicción, la peor depresión…
No encuentras escapatoria, te arrastra con el, haces cosas que no quieres hacer, pero te da igual, vives, pero tu hace mucho que te sientes muerta, el cansancio no lo notas, el hambre no esta, te has vuelto de pocas palabras.
Aunque no tengas fuerzas no te rindes, piensas que algo bueno te pasara, pero en el fondo sabes que estas equivocada, tienes la sensación de atraer toda la mala suerte, y te conformas, estas acostumbrada, aunque no seas insensible, acumulas ese dolor como si se tratara de trastos viejos, pero al menos esos los puedes tirar a la basura, deshacerte de ellos, pero no hay un contenedor echo para el dolor…
Te dejas arrastrar, se te ocurre, que si te pasa todo es que te lo mereces, que tu tienes la culpa, que de alguna manera lo has provocado, que lo has buscado, llegas a decirte mala persona, te has cansado de buscar explicación, de encontrar contestación….
Y esperas que en el espejo de tu alma nadie vea lo que te pasa, hay días que no tienes ni fuerza para levantarte de la cama, que el sol se asoma para fastidiarte, pero sabes que no puedes esconderte, que hay personas que preguntan mucho, que fingen interés aunque no les importe nada, mas bien para cotillas, porque si hay gente que vive de la vida de otras personas, pero pasas de dar explicaciones, te pones borde, contestas y te marchas, lejos, perdiéndote entre la gente, entre las personas, que nadie te siga, que nadie te pregunte, que te reclame, que tengas que decir, escuchar discursos, broncas…
Has dejado de leer porque hay palabras, fragmentos que te recuerdan ese dolor, te identificas, música no escuchas porque te perjudica el animo, y así aprendes ha vivir con el, alejándote de todo ser, imaginándote otra vida, pensando lo bien si fueras otra persona, sumandote cada día mas en la penumbra, ahogándote en la tristeza, sumergiéndote en tu mundo, depresión, siguiendo tu destino, alguien cruel que lo marco…
Caminando por el remolino de tu vida, siguiendo la corriente que no acaba, llevándose lo mejor de ti, y esperando algo mejor que la rutina, algo que te devuelva la vida… mientras tanto sigues presa, encadenada, esposada, al dolor

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